En esta ocasión, me lo he pasado genial transformando, el resultado final es éste:
Después de buscar envases con una forma que recuerde a una bañera, llegó éste a mis manos, uno de sobrasada (muy rica, por cierto). Las bases de gel de ducha que medí resultaban demasiado pequeñas.
Las etiquetas están integradas, no se pueden quitar, pero no se notan nada de nada, o sea que perfecto.
Para empezar, una capa de acrílico negro, con esponja y con pincel, hasta dejarlo todo negro y liso.
Este envase tiene una forma perfecta, sería una bañera cómoda. La proporción 1:12 también es correcta, si fuese real mediría unos 140 cm :12 resultan unos 11'6 cm.
Primero elegí unas zonas pequeñas y apliqué el craquelador. Ahí sólo hay una capa de blanco por encima, quería que se viese bien el efecto del craquelado, esas grietas es lo que buscaba. Alrededor de estos detalles, hay bastantes capas de pintura, con esponja y con pincel, respetando los secados.
Aparte de los detalles en azul para decorarla como el lavabo, lleva un poco de ocre, naranja, verde... hay pinceladas que recuerdan el óxido, todo cerca del craquelado.
Una vez acabada, tocó el turno a la madera. Tenía que cortar una base y un soporte para colocar la esponja, el champú, el jabón...
Esta sierra de marquetería eléctrica funciona estupendamente, pero con una manual también hubiera funcionado.
Un poco de lijado y está preparada para barnizar.
Entre mis botes de pintura, encontré este barniz color miel, me gusta el color que queda.
Con cola blanca (cola de carpintero) pegué los laterales del soporte y la base del grifo. Si el lateral del soporte sobresale por encima y por debajo, protege lo que hay encima y no deja que el soporte se caiga por ningún lado.
Con la pasta de modelar y cocción en el horno (de frío a 130º unos 30 minutos), tengo a punto para pintar la esponja de ducha, la base del grifo, jabones y hasta un patito.
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